Me ha resultado interesante la novela, tanto en su planteamiento como en su ambientación. Muy original pero no rocambolesca, lo cual es de agradecer en estos tiempos inciertos. Sin embargo hay dos aspectos que no me han terminado de gustar; uno es el móvil que origina toda la novela y justifica la historia, que me parece un poco cogido por los pelos, y otro es el que se abren demasiadas líneas argumentales sin resolver para dejarlo todo preparado para una continuación. Me da la impresión de que ahora todo el mundo en el tema zombie escribe pensando en trilogías.
La originalidad de la novelea reside en que no es una historia de zombies, sino una novela negra, ambientada en un mundo tomado por los zombies, lo que es muy distinto. Una serie de asesinatos rituales de la mano de un serial killer pondrá a la policía a trabajar. Al menos a lo que queda de ella, ya que todos los efectivos en buenas condiciones han sido militarizados y están limpiando de zombies las zonas de frontera en la recuperación peninsular. Una nueva reconquista. Los efectivos policiales que están al cargo de los crímenes corrientes son aquellos que han sido descartados para el servicio «activo»; viejos, cojos, embarazadas o tullidos. Nuestro protagonista, el teniente Trespalacios, acaba de salir del hospital y se recupera de un disparo en la cabeza. Su jefe es un comisario parapléjico en silla de ruedas. Pintoresco, cuando menos.
Esos asesinatos tienen lugar en el ámbito de la Iglesia, así que el clero pondrá a investigar a su propia detective, para intentar minimizar el daño que se haga a la institución. Ariza, una ex-policía heroinómana con un pasado incierto, será la escogida por la Iglesia para husmear el lado de Trespalacios.
Mientras la policía investiga, la vida sigue en Sevilla. Los amortajadores, cuerpos especiales encargados de «retirar» a los muertos de las casas, la gente que vive extramuros, donde los zombies campan a sus anchas, una secta fanática que anuncia el fin del mundo, una orden religiosa (los hermanos sonambulistas) que dicen que los zombies no estan muertos, sino dormidos y que pueden despertar…
Todos ellos relacionados de alguna manera con una enigmática palabra: Canaan