La aparición del cadáver de un policía jubilado que ha sido asesinado, pone a sus compañeros a trabajar intensamente en el caso. Siempre que matan a un policía se considera caso prioritario.
No les pasa desapercibido que el policía ha muerto en el escenario de un antiguo caso sin resolver, en cuya investigación el ahora asesinado participó. No han conseguido avanzar mucho en el caso, cuando se produce el asesinato de otro policía. Se repite la circunstancia de que ha sido en el escenario de otro caso sin resolver y que también este policía participó en su investigación. ¿Qué es? ¿Un castigo a la policía? ¿Quién es? ¿Un vengador justiciero?
Estos episodios se vuelven a repetir varias veces mientras la policía anda perdida y no avanza en la investigación. Los ciudadanos, la prensa, los poderes públicos… todos presionan para que se resuelvan cuanto antes estos asesinatos.
Un problema añadido son las luchas intestinas por el poder dentro de la Policía: las rencillas, la corrupción, la ostentación y el abuso del poder, que hace muy difícil encontrar un móvil, seguir unas pistas, encontrar un camino, trabajar con libertad, poder pensar con claridad.
Antes había un pequeño grupo de investigación dirigido por Harry Hole y compuesto por sus más fieles y valiosos colaboradores. Un grupo independiente y con libertad de movimientos, pero Harry Hole ya no es policía, el grupo se ha desmantelado por orden del recién ascendido jefe provincial de la policía Mikael Bellman, fuertemente enemistado con Hole y de quien, aunque ya no esté en la policía, quiere borrar cualquier rastro, incluso su modo de trabajar.
No obstante, desesperados, el antiguo grupo (menos Harry) vuelven a constituir en secreto el anterior grupo de investigación, en su habitáculo -también secreto- en el sótano de la cárcel y que muy pocos conocen. Intentan darle una nueva orientación, otro punto de vista, encontrar un nuevo camino, pero solamente andan en círculos.
Saben que no pueden, que no deben, que él no quiere, que ya no es policía, que ahora da clases en la academia de policías y vive tranquilo y feliz… pero están desesperados y le necesitan, así que deciden ir a verle y pedir su ayuda. Aunque Harry se resiste, al final les da algunas orientaciones, pero nada más.
Harry es muy feliz ahora. Todo lo feliz que puede ser un hombre tan torturado interiormente, tan complejo, con tantas sombras… pero ahora, sí. Vive con Rakel, la mujer que ama y que le ama, y con el hijo de ella, al que considera casi suyo. Sí, es feliz, no quiere volver a lo de antes, quiere su vida de ahora, luminosa.
En un arranque de valentía, le pide matrimonio a Rakel y ella le dice que sí. Henchido de felicidad decide pedirle a su gran amiga y antes colega, Beate Lønn, que sea su testigo en la boda.
Se acerca a la comisaría a pedírselo, pero no está; va a su casa, pero tampoco está y la puerta estaba abierta. Harry empieza a preocuparse. Es raro, hay algo en el ambiente que le pone muy nervioso.
Y de repente se da cuenta: Un gran cuadrado blanco en el parqué y un fuerte olor a amoniaco. El parqué no se limpia con amoniaco. Falta una alfombra. Sale corriendo de la casa pues ha visto al entrar un camión recogiendo basura. Sale corriendo detrás pidiendo a los operarios que paren la máquina y, cuando por fin los alcanza y se sube a remover entre las bolsas… la encuentra. Muerta, despedazada, en distintas bolsas.
Otra policía asesina, sólo que ésta no es cualquiera: Era la amiga más querida de Harry Hole. Y ahora, sí. Ahora se une a la caza implacable del asesino.
Un libro que engancha y un autor que no defrauda. Una trama trepidante, que se divide en subtramas que se entremezclan unas con otras para que vivamos en primera persona cómo es la labor de investigación policial; cómo varios asesinatos se superponen, con sospechosos diferentes; cómo hay que empezar una y otra vez, sin desfallecer cada vez que encontramos un camino que no nos lleva a ninguna parte; cómo cada cosa, por nimia que sea, cuenta.
“—¿Qué era lo que solía decir Harry? La intuición no es más que la suma de un montón de detalles concretos a los que el cerebro no ha podido poner nombre todavía.”
Al terminar la novela, te das cuenta de que han solucionado el caso del asesino de policías, pero han quedado cabos sueltos. Tanto sospechoso, tanto hombre misterioso… supongo que en la próxima novela nos los volveremos encontrar, pues el libro acaba así:
“Se oyó la puerta y alguien entró en los servicios.
Eran unos pasos muy fuertes para pertenecer a una mujer.
Aurora alargó la mano en busca del papel higiénico, pero se paró a medio camino. Quería respirar, pero no había nada. Nada de aire. Notó que se le cerraba la garganta.
Pasos demasiado fuertes para pertenecer a una mujer.
Se habían detenido.
Bajó la vista. En el alto hueco que quedaba entre la puerta y el suelo vio una sombra. Y la punta aguda y larga de unos zapatos. Como un par de botas de vaquero.
Aurora no sabía si eran campanas de boda o su corazón que batía y le repicaba en la cabeza.”
Aurora es la hija de 12 años de Ståle Aune, el psiquiatra del grupo especial de homicidios que lidera Harry Hole.
En cuanto a los protagonistas, a los que ya conocemos de aventuras anteriores, son realistas, contradictorios, muy humanos, muy normales, que evolucionan, sufren, crecen y maduran, como nosotros. Son los mismos, pero más experimentados, más sabios. Como nosotros.
Muy bien retratado el aburrimiento Ståle Aune en las consultas rutinarias de su clínica, poniendo un periódico en los cajones de su mesa para leerlo mientras el cliente le cuenta historias qué él considera de poca relevancia. Me he imaginado siendo yo el paciente.
Me ha dolido la muerte de Beate Lønn. Era una persona especial, única, muy profesional y muy competente, con cualidades insuperables. Te llegas a encariñar con ella, pero entiendo que, en la vida real, los buenos también pueden morir asesinados. Y ser policía aumenta el número de papeletas. He sufrido por la orfandad de su hija pequeña, puesto que Beate era viuda.
Me gusta Jo Nesbo y admiro su versatilidad, su capacidad para destacar tanto en la música como en la escritura. Está claro que es un artista. Ya sólo faltaba que también pintara.
Mi Puntuación: 5/5